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Entonces se encendió en gran manera la ira de David contra aquel hombre y dijo a Natán:

—¡Vive el SEÑOR, que el que hizo semejante cosa es digno de muerte! Él debe pagar cuatro veces el valor de la corderita, porque hizo semejante cosa y no tuvo compasión.

Entonces Natán dijo a David:

—Tú eres ese hombre. Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl.

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